imprimir página

Ángeles Mora 1952 NOCHE y DÍA






Se va el día cuando viene la noche
lenta de la que no quiero
salir. Prolongarla
hasta que me cierre los ojos
es un encargo irresistible
de mi temperamento sosegado.
Quizá me niego a que la vida pase
o llegue la mañana y sus mandatos.

La casa es un desorden rendido,
en la cocina duermen
los platos, cacerolas desmadejadas.
en cambio libros por leer me llaman,
vivos, desde la mesa,
folios en blanco.
Quiero tan sólo que el reloj se olvide.
Recuerdo las cuartillas
donde mi padre escribía cartas
por las noches, mi madre
las firmaba también, dejando
un instante botones y zurcidos
o el ganchillo de las veladas mustias.

Nunca quise hacer ganchillo,
prefería leer el periódico
o escribir garabatos a la luz de la lámpara.
Aprendí a amar lo quieto, ser dueña de mis noches.
Los padres no barrían la casa,
mi hermano entraba poco en la cocina,
yo hacía la mayonesa
o limpiaba el polvo para ayudar:
de día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario