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Oda a la reina del Iran. VIII Alfonsa de la Torre






Nadadoras de marfil, remos de alabastro tierno

para tus Nilos de serpentina

con reflejos de ópalo.

No más simulacros,

que un gran pájaro, bello como pavo real,

ha llegado del Punt esparciendo

almizcle.





Tus esclavas contemplan en el vergel

de tu rostro la amapola

que se abre.





¿Tendrá la mística flor que buscaban

en la Tebaida los anacoretas?

¿O la rosa de fuego que modela sangre?

Tal vez el tulipán azul derramador de sueño.



"Llevadme entre vosotras en procesión

como se lleva a un ídolo,

vestida de sedas tornasoladas, cubierta

de gasas ondulantes.

. Mi corazón se ha convertido en peonía

de amor,

mi cabeza en pedestal de diademas.

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