Gotas de poesia en la inmensidad del océano. Poemas propios y ajenos para disfrutar ,para compartir. En la alegría,en la tristeza, en la luz o en la oscura sombra,al principio o al final... compartir un poema es un regalo maravilloso.
Soneto a Cristo crucificado. Anónimo
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muévenme en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
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