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Luis Cernuda 1902-1963. Prólogo de " En donde habite el olvido "






Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo.

Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.

¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece? Nada, o peor que

nada; queda el recuerdo de un olvido. Y menos mal cuando no lo punza la sombra de

aquellas espinas; de aquellas espinas, ya sabéis.

Las siguientes páginas son el recuerdo de un olvido.”




Luis Cernuda

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