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Gabriel Celaya. 1911- 1991. De noche

 


De noche



Y la noche se eleva como música en ciernes,

y las estrellas brillan temblando de extinguirse,

y el frío, el claro frío,

el gran frío del mundo,

la poca realidad de cuanto veo y toco,

el poco amor que encuentro,

me mueven a buscarte,

mujer, en cierto bosque de latidos calientes.


Sólo tú, dulce mía,

dulce en los olores de savia espesa y fuerte,

sin palabras, muy cerca, palpitando conmigo,

sólo tú eres real en un mundo fingido;

y te toco, y te creo,

y eres cálida y suave matriz de realidades,

amante, amparo, madre,

o peso de la tierra que sólo en ti acaricio,

o presencia que aún dura cuando cierro los ojos,

fuera de mí, tan bella.

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