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Buenas noches, tristeza Angeles Mora







Buenas noches, tristeza

La vida siempre acaba mal.

Siempre promete más de lo que da

y no devuelve

nunca el furor,

el entusiasmo que pusimos

al apostar por ella.

Es como si cobrase en oro fino

la calderilla que te ofrece

y sus deudas pendientes

-hoy por hoy-

pueden llenar mi corazón de plomo.

No sé por qué agradezco todavía

el beso frío de la calle

esta noche de invierno,

mientras que me reclaman,

parpadeando,

sus ojos como luces de algún puerto.

Por qué espero el calor que se fue tantas veces,

el deseo

por encima de todas las heridas.

Pero acaso me calma una tibia tristeza

que ya no me apetece combatir.

Todo sucede lejos o se apaga

como los pasos que no doy.

La vida siempre acaba mal.

Y bien mirado:

¿puede terminar bien lo que termina?


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