Gotas de poesia en la inmensidad del océano. Poemas propios y ajenos para disfrutar ,para compartir. En la alegría,en la tristeza, en la luz o en la oscura sombra,al principio o al final... compartir un poema es un regalo maravilloso.
José Ángel Valente. 1929 - 2000. Los olvidados y la noche
f
Cuando aparecen ante mí, terribles,
suavísimos rostros,
sus contornos se mezclan
y adelantan una sola figura.
Bajo la transparente piel
de aquel amor y el agua solitaria
brillan los ojos de mi madre antes
de haberme concebido.
¿Soy yo quien pasa o sois vosotros?
¿quién está detenido?
¿quién abandona a quién?
¿quién está inmóvil o quién es arrastrado?
Madre, después de tanto
hilarme a tu pupila
después de haber edificado un reino de esperanza,
después de haber soñado
cuanto soy, cuanto tengo,
no habré hablado contigo.
¿Pero podríamos hablar?
¿hay tiempo?
Dadme un día,
detened un día
el implacable paso,
el terrible descenso
-vuestro, mío—
para que pueda así
escoger la palabra, el adiós, el silencio:
para que pueda hablaros.
Mientras escribo sobre
la resistencia de mi propio cuerpo,
el mundo habrá pasado,
habrá cerrado el ciclo,
completado el retorno
de su nada a su origen,
y yo seré antepasado pálido
de mi futuro olvido.
Puedo deciros que esta misma noche
vuestro feroz recuerdo ha devorado
mi amor,
envejecido el rostro de mis hijos,
mutilado los besos,
reducido mi pecho a soledad.
Porque nada de lo vivido
puede darnos más vida:
sé que no soy,
que no me pertenezco.
Pasé por vuestros ojos
y creí desgarrarlos, arrastrarlos conmigo,
mas fue vuestra pupila la que hizo presa en mí.
Jirones de mi ser,
banderas,
viento como un gemido
largo en el corazón.
Inmóviles aún,
como os dejó mi olvido,
pálidos de mi sangre,
conjurados en una sola acusación.
¿Soy yo el culpable?
Lejos el tiempo y el lugar,
la primavera cómplice y el aire
de la inocencia en el jardín.
La amistad es un puente roto,
los besos han volado el amor hecho añicos,
y a un lado y otro lado
permanecemos solos,
dando voces, llamándonos,
gesticulando, mientras
la corriente se ensancha y yace
consumido el crepúsculo.
Inmensa noche. Solitaria noche.
(Despojado de mí busco mi cuerpo en vano,
sigo en vano mi voz.)
Noche: mi sueño
no la puede durar.
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