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No hay. Duo Duo. (1951 - )





No hay nadie para despedirme

no hay nadie para despedirse

no hay nadie para despedir a los muertos, cuando amanece

no había confines limpios

sino el idioma, vuelto hacia los confines donde la tierra desaparece

sino la carne abierta de los tulipanes, vuelta hacia la ventana abierta en la noche

tardía

sino mi ventana vuelta hacia este idioma que no entiendo

no hubo más idioma

sólo había una luz punzante sin tregua, punzante

este serrucho sin tregua manipulado a través del alba

sólo había tulipanes confusos, hasta no serlo más

no hubo más tulipanes

sólo había luz, estancada en el corazón del alba

luz estelar, sembrada en el dormido furgón del exprés que galopaba,

la última luz, la que irradia el rostro de un bebé

no hubo más luz

con un machete corté la carne, oí el chillido del pastor a través del alba

abrí la ventana, oí la luz y el hielo que se respondían a gritos

son esos gritos que quebrantaron las cadenas de la bruma

no hubo más gritos

sólo la tierra

sólo la tierra y los que transportan los cereales saben

que sólo el pájaro que canta a medianoche ha visto el alba

no hubo más alba















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