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Pablo Quintela 1993 - Pater Familias

 




Pater Familias


Siempre fuiste de brumas.

Una farola distante

en una calle lejana.

Tus juegos nulos, tus licores callados

y la luz se escapa del hogar.

Eso era un hombre.


Y yo un extraño ante tu presencia,

un vástago que crece de un tronco

talado por el tiempo

y me fui haciendo de espuma

diluida en tu roca.


Nadie sabe por qué.

En tu casa de muñecas

había discordia, orden

y miseria. Me perdía

por los laberintos de mi tedio

para hacerme fuerte como Sísifo.

Y siempre caía en el mismo lado:

desayunar en soledad y volver

a mí buscando el consuelo

en mis hermanos.

Eso era un niño.


Ayer el sol estaba roto,

las aves no volaban

y a las ruedas de mi bicicleta

siempre les faltaba el aire.


Ayer no había abrazos

ni besos de despedida

en la estación,

solo una vaga silueta

que al abrigo de la niebla

llamaba padre.


Ahora sé que eso no era un hombre.


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