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Oda a la reina del Iran. VI. Alfonsa de la Torre





Tenues auras

acarician palmeras fecundas

proyectando amor

sobre la arena y la sal.



Rebuscados milagros de manos

creyentes

cortaron ante Dios toronjas redondas

para que sorbiera su jugo

y se embriagara de vino azul

ofrecido en delgadas copas

de alminares.



Manantiales como ciervas

van a morir con gemido

a los pies de la súplica

cuando en las gargantas se enciende

el nenúfar blanco.



Sobre tumbas de imanes

que quemaron en el pebetero

de su corazón

el sándalo de su carne ardiente.

Panales de muertos,

abejas de oración que liban en el

silencio velas y áloes.

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