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José Agustín Goytisolo 1928 - 1999 Alguna noche






Alguna noche -las fogatas eran

de dolor o de júbilo-

la casa te veía desertar.


Te abrías a una vida

distinta, a un mundo

alegre como los ojos de un dios:

voces mayores, fuegos de artificio,

inacabable noche de San Juan

en tu estancia vacía...


El tiempo se agrandaba en los rincones,

se detenía en torno al corazón,

mientras el estruendo proseguía,

lejos, lejos, quién sabe si real.


Después, todo más claro:

los sonidos pequeños, el crujido de un mueble

la lluvia en el desván.


Nueva vida a las cosas, el alba aparecía,

y tú llegabas, amorosamente.




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