II
The morning comes to consciousness
Of faint stale smells of beer
From the sawdust-trampled street
With all its muddy feet that press
To early coffee-stands.
With the other masquerades
That time resumes,
One thinks of all the hands
That are raising dingy shades
In a thousand furnished rooms.
La mañana se hace consciente
De debiles rancios olores de cerveza
De las calles de serrin pisoteado
Con todos sus enlodados pies que se agolpan
En los tempranos puestos de café.
Con las otras farsas
Que la hora reanuda
Uno piensa en todas las manos
Que están levantando sucias persianas
En miles de habitaciones amuebladas.
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