PAÍS DE CENIZA
Vive dulcemente en mí
Es llaga en la mirada
y aroma entre los tilos
Alza su copa de mansedumbre
de desaliento de flaqueza
Se acusa de ser manso
entre las grietas que lo resquebrajan
Nadie sabe si aún sigue en pie
No hay goces
ni resplandores que reconcilien
Es difícil pronunciar su nombre
resbalan los sonidos como si se borrasen
Va quedando sin nada
la casa de la infancia
el vuelo de los más finos colibríes
las reuniones familiares
la miel inocente
Mi país es una mitad
No tiene otra fortuna
que el desamparo
tallado
en sus ojos.
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