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Chantal Maillard 1951 - Hay una libertad primera...





Hay una libertad primera:

la de estar callado.

Y otra tal vez más alta:

la de permanecer muy quieto

escuchando el murmullo de todo lo que vive.

Pero cuando compruebo esa verdad tan simple

vienen gentes y en coro

gritan que les ofendo,

que no hay mayor insulto

que negarse a compartir el gesto y la palabra.

Yo les contemplo, muero un poco,

y por respeto a ti, Señor, sigo callando.



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