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Elegia 1. Cecilia Meireles. 1901 - 1964





ELEGIA

À memoria de Jacinta Garcia Benevides Minha avó


1

Minha primeira lágrima caiu dentro dos teus olhos.
Tive medo de a enxugar: para não saberes que havia caído.

No dia seguinte, estavas imóvel, na tua forma definitiva,
modelada pela noite, pelas estrelas, pelas, minhas mãos.

Exalava-se de ti o mesmo frio do orvalho; a mesma
claridade da lua.

Vi aquele dia levantar-se inutilmente para as tuas
pálpebras, e a voz dos pássaros e das águas correr
-sem que a recolhessem teus ouvidos inertes.

Onde ficou teu outro corpo? Na parede? Nos imóveis?
no teto?

Inclinei-me sobre o teu rosto, absoluta, como um espelho,
E tristemente te procurava.

Mas também isso foi inútil, como tudo mais.



En memoria de Jacintha García Benevides, mi abuela *

1

Mi primera lágrima cayó en tus ojos.
Tenía miedo de secarlo: para que no supieras que se había caído.

Al día siguiente, estabas inmóvil, en tu forma definitiva,
moldeada por la noche, por las estrellas, por mis manos.

Emanaba de tí el mismo frío del orvallo ; la misma
claridad de la luna.

Vi aquel día levantarse inútilmente para tus
párpados, y la voz de los pájaros y el agua fluir,
sin que tus oídos inertes la recogieran.

¿Dónde estaba tu otro cuerpo? ¿En la pared? ¿En los muebles?
¿en el techo?

Me incliné sobre tu rostro, absoluta, como un espejo,
Y tristemente te buscaba.

Pero eso también fue inútil, como todo lo demás.

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