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Seamus Heaney 1939-2013. Recogiendo moras /Blackberry picking





Blackberry-Picking


Late August, given heavy rain and sun

For a full week, the blackberries would ripen.

At first, just one, a glossy purple clot

Among others, red, green, hard as a knot.

You ate that first one and its flesh was sweet

Like thickened wine: summer's blood was in it

Leaving stains upon the tongue and lust for

Picking. Then red ones inked up and that hunger

Sent us out with milk cans, pea tins, jam-pots

Where briars scratched and wet grass bleached our boots.

Round hayfields, cornfields and potato-drills

We trekked and picked until the cans were full,

Until the tinkling bottom had been covered

With green ones, and on top big dark blobs burned

Like a plate of eyes. Our hands were peppered

With thorn pricks, our palms sticky as Bluebeard's.



We hoarded the fresh berries in the byre.

But when the bath was filled we found a fur,

A rat-grey fungus, glutting on our cache.

The juice was stinking too. Once off the bush

The fruit fermented, the sweet flesh would turn sour.

I always felt like crying. It wasn't fair

That all the lovely canfuls smelt of rot.

Each year I hoped they'd keep, knew they would not.




Finales de Agosto, fuerte lluvia y sol

A lo largo de la semana, las moras deberían madurar.

Al principio, sólo una,un brillante grumo púrpura

Entre otras, rojas, verdes, duras como un nudo.

Comiste esa primera y su carne estaba dulce

Como vino espesado:la sangre del verano estaba en ella

Dejando manchas en la lengua y deseo por recogerlas.

Entonces las rojas se entintaron y  nació esa ansia

Que nos hizo salir con lecheras,latas de guisantes,

Tarros de mermelada adónde las zarzas arañaban

y las húmeda hierba blanqueaba nuestras botas.

Rodeando campos de heno, maizales,sembrados de patatas

Caminamos y recolectamos hasta que llenamos las latas,

Hasta que el tintineante fondo estuviese cubierto

Con las verdes, y en lo más alto grandes goterones

Oscuros ardían como un plato de ojos.

Nuestras manos estaban acribilladas con espinas,

Nuestras palmas pegajosas como las de Barba Azul.


Guardamos las frescas bayas en el establo de las vacas

Pero cuando la tina estaba llena encontramos una piel,

Un moho color gris rata, devorando nuestro alijo.

El jugo apestaba también. Una vez fuera del arbusto

La fruta fermentaba, la dulce carne se agriaba.

Siempre  que ocurría esto sentía ganas de llorar. No era justo

que todos los deliciosos, preciosos recipientes oliesen a podrido.

Cada año esperaba que aguantarían , sabiendo que no lo harían .




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