Tu crees en los posos de café,
En los presagios, en los grandes juegos :
yo tan solo en tus grandes ojos creo
Tu crees en los cuentos de hadas buenas,
En los días nefastos, en los sueños.
Mas yo tan solo en tus mentiras creo.
Tu crees en un vago Dios lejano,
En algún milagroso y pío santo ,
En las jaculatorias contra el mal.
Y yo tan solo en las horas azules
Y en las rosas que alegre tu derramas
En la voluptuosidad de las noches !
Y tan grande profunda es mi confianza
Tanta mi fe en aquello en lo que creo
Que únicamente vivo para tí.
Tu crois au marc de café,
Aux présages, aux grands jeux :
Moi je ne crois qu’en tes grands yeux.
Tu crois aux contes de fées,
Aux jours néfastes, aux songes.
Moi je ne crois qu’en tes mensonges.
Tu crois en un vague Dieu,
En quelque saint spécial,
En tel Ave contre tel mal.
Je ne crois qu’aux heures bleues
Et roses que tu m’épanches
Dans la volupté des nuits blanches !
Et si profonde est ma foi
Envers tout ce que je crois
Que je ne vis plus que pour toi.
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