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Alfonsa de la Torre ( 1915 - 1993 ) Oda a la reina del Iran. .- I.

 


 Vienes a mi

en un revolotear de pájaros remotos,

espejeando aguas

y encantando flores,

asombrando la serpiente de mi

            nostalgia que desconoce

                                          el vuelo.

 

¿ De dónde ,

en alas míticas de papel,

te acercas removiendo siglos

desde ese jardín que los aires ignoran ?

 

 

Por los dos nombres que pilotas

                         desde la eternidad,

y que podrían ser fábula,

te entrego este sueño que me roza

                                      como el canto

                                       de un gorrión,

como el amanecer de un lirio en un

                              barbecho olvidado.

 

  Oyelo desperezarse...

¡ Si será ibis que dejó la inconsecuencia

                                                       del agua!

Aletea y no quiere ser mariposa

ni liebre que las horas cazarían.


Sólo esperanza—recuerdo no cuajado –

o recuerdo—esperanza madura—,

momias doradas que los hombres

                                           conservan

y que sólo vendimia la muerte.

 

  Si respiras,

si los sicómoros le dan sombra

y tu mano aprisiona los peces

           que el estanque ostenta,

¡ oh Princesa, descendiente de Ra!,

¿para qué inventarte?


 

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