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Salvador Tenreiro. 1952 - 2021. Oficio de Tiniebla





Oficio de tiniebla

(a Ramón Loureiro)

París huele a Breamo
por San Miguel.

Giramos.
Se dora la tristeza
en el pan de los ritos.

Siete vueltas
o nueve,
nunca se sabe,
¿alrededor de Notre Dame?

El pan, el queso y el cuchillo
en la mesa tendida
a un costado.

Como no pesan,
ni el aire se ocupa de ellas,
sólo pasan,
creemos que pasan.

No hay un solo rumor.

¡Qué bien huele Breamo cuando pasan!

Ellas traen sus aromas,
como flotando,
cuando salen de Villar,
sobre la huella que los carros
trazan en el limo,
en la lama.

¿Suben por Fontemelendre,
Lameiro,
As Pedridas?
¿o por El Barro, Os Mosqueiros.
Luego, la Fraga de los Demochiños?
Desconozco la exactitud de sus rutas.

Cuando Leonor se levanta al alba,
vienen voces.

Sale rápido de la casa, aterida.

Si llega en el momento justo,
podrá decirle: Estoy aquí.
Soy Leonor. Déjame vestirte por última vez.
Levanta el brazo para cogerte la sisa.

¿En algún bolsillo del mandil
tendrá la llave que abra
la puerta del Paraíso?

Evangelina, Leonor, Pilar
(los hombres no cuentan)
esperan en Cermuzo
que amanezca.

En la Cruz de Cardido
apunta ya la claridad.

Ellas atraviesan el espacio huérfano,
enceguecidas
por la nostalgia,

por el fulgor.

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