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Edwin Morgan 1920-2010. Winter / Invierno





Winter ( EM)

The year goes, the woods decay, and after,
many a summer dies. The swan
on Bingham’s pond, a ghost, comes and goes.
It goes, and ice appears, it holds,
bears gulls that stand around surprised,
blinking in the heavy light, bears boys
when skates take over swan-tracks gone.
After many summer dyes, the swan-white ice
glints only crystal beyond white. Even
dearest blue’s not there, though poets would find it.
I find one stark scene
cut by evening cries, by warring air.
The muffled hiss of blades escapes into breath,
hangs with it a moment, fades off.
Fades off, goes, the scene, the voices fade,
the line of trees, the woods that fall, decay
and break, the dark comes down, the shouts
run off into it and disappear.
At last the lamps go too, when fog
drives monstrous down the dual carriageway
out to the west, and even in my room
and on this paper I do not know
about that grey dead pane
of ice that sees nothing and that nothing sees.






Invierno (E M)




El año pasa, los bosques decaen,

Y después de muchos veranos mueren.

El cisne del estanque de Bingham,

Un errante fantasma que va y viene.

Se va y aparece el hielo, se mantiene,

soporta gaviotas que se detienen

por los alrededores sorprendidas,

que parpadean en la intensa luz ,

soporta niños cuando los patines

se apoderan de las huellas dejadas

por los cisnes ya desaparecidos.

Después de las muchas tonalidades

del verano, el blanco hielo como un cisne

destella cristal más allá del blanco.

Ni el azul más deseado está allí,

aunque los poetas lo encontrarían.

Todo me parece una dura escena

que los gritos de la tarde interrumpen,

por el aire en guerra sobresaltada.

Escapa con el aliento el siseo

apagado de las frías espadas ,

se mantiene por un momento, y luego

desaparece. La escena se va

se difumina, las voces, la hilera

de esbeltos árboles se desvanecen ,

los bosques que se caen y se pudren

y se rompen, la oscuridad desciende,

los gritos escapan ,desaparecen.

Al fin las lámparas también se apagan,

cuando por la autovía hacia el oeste

avanza la niebla monstruosa e incluso

se introduce en mi propia habitación

y en este papel , en este momento

yo no sé nada sobre este gris muerto

cristal de hielo que no ve nada, nada ,

nada ve, ni tampoco a nadie ve.





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