Gotas de poesia en la inmensidad del océano. Poemas propios y ajenos para disfrutar ,para compartir. En la alegría,en la tristeza, en la luz o en la oscura sombra,al principio o al final... compartir un poema es un regalo maravilloso.
Walking in winter / Paseando en Invierno. Syvia Plath
I can taste the tin of the sky —- the real tin thing.
Winter dawn is the color of metal,
The trees stiffen into place like burnt nerves.
All night I have dreamed of destruction, annihilations —-
An assembly-line of cut throats, and you and I
Inching off in the gray Chevrolet, drinking the green
Poison of stilled lawns, the little clapboard gravestones,
Noiseless, on rubber wheels, on the way to the sea resort.
How the balconies echoed! How the sun lit up
The skulls, the unbuckled bones facing the view!
Space! Space! The bed linen was giving out entirely.
Cot legs melted in terrible attitudes, and the nurses —-
Each nurse patched her soul to a wound and disappeared.
The deathly guests had not been satisfied
With the rooms, or the smiles, or the beautiful rubber plants,
Or the sea, Hushing their peeled sense like Old Mother Morphia.
Puedo saborear el estaño del cielo, el verdadero estaño.
El amanecer de invierno es del color del metal,
Los árboles rígidos en su sitio como nervios quemados
Toda la noche he soñado con destrucción, aniquilaciones ...
Tráfico denso, una línea de montaje de gargantas cortadas, y tú y yo
Avanzando poco a poco en el Chevrolet gris, bebiendo el verde
Veneno de los silenciosos céspedes , las pequeñas revestidas tumbas,
En silencio, sobre ruedas de goma, camino del hotel balneario en la costa.
¡Cómo resonaban las terrazas! Cómo encendía el sol
Los cráneos, los huesos descoyuntados disfrutando de las vistas!
¡Espacio! ¡Espacio! La ropa de cama se estaba agotando por completo.
Las patas de los catres se retorcían, derretían en alucinaciones terribles
y las enfermeras ...
Cada enfermera ponía su alma como parche en una herida y desaparecía.
Los huéspedes cadavéricos no habían quedado satisfechos
Ni con las lujosas habitaciones, ni tampoco con las agradables sonrisas,
Ni con las hermosas plantas de plástico, ni con el maravilloso mar
Silenciando sus sentidos a flor de piel como la Vieja Madre Morfina.
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