Pásabamo,jovenes todavía, bajo los árboles altos y el vago susurro de,la floresta.En los claros,súbitamente surgidos del acaso del camino,el claro de luna los hacía,lagos, y las margenes enmarañadas de las ramas,eran mas noche que la misma noche.La brisa vaga de los grandes bosques respiraba con ruído entre los árboles. Hablábamos de cosas imposibles ; y nuestras voces eran parte de la noche, del claro de luna, y de la floresta.Las oíamos como si fuesen de otros.
No carecía de caminos la floresta incierta. Había atajos que, sin querer,conocíamos,y nuestros pasos fluctuaban en ellos entre los moteados de las sombras y la vibración vaga dd la luz dura y fría.Hablábamos de las cosas imposibles y todo el paisaje real era también imposible
1 comentario:
Una de esas agradable sorpresas que te encuentras ,de repente, cundo hojeas el mundo insondable,inagotable de Pessoa
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