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Regreso a un cuerpo olvidado. Diana Yanbarisova | Versión del ruso de Aldo Mier Aguirre. https://periodicodepoesia.unam.mx/category/traducciones/







Sopla el viento del sur, ajeno,
húmedo, pleno de hierba, de partículas de sal.
Lo inspiro y salgo.

Ajusto el cubrebocas:
Conocí mi aliento en cuarentena.
Es agrio.

Tiene treinta años.
Tiene un segundo.
Tenía.
Tiene
un segundo.

Salgo.
Tengo cabello nuevo,
Tendrá un mes en mi cabeza.
El viento lo mece.
Escucho.
Es agosto,
resplandecen algunas canas.

Retumba el metro
bajo mis pies.
Alcanza mi cuerpo
la vibrante fuerza subterránea.

Escribo un poema de camino al VkusVill,1
donde compraré un croissant de almendra, un humus y unas papas.
Y algo más,
tal vez.
Puede que encuentre
algo más.

Descubrí por la mañana algo nuevo en el espejo:
una línea que, insegura de sí misma, apenas se ve:
un rayón diminuto, una leve marca en el costalito,
bajo el ojo izquierdo.
Bolsitas debajo de los ojos, dicen.
pero yo digo: costalito.

De niña tenía un costalito de terciopelo.
En él guardaba mis tesoros:
piedritas marinas,
una llave de juguete,
y algo más
hallado en el camino.
Algo siempre se cruzaba en mi camino.

Tengo treinta años; no son muchos,
pero hay huellas sobre mí,
con suavidad se colocan en mi piel,
como esos objetos que encontraba por el camino
y guardaba en el costalito de terciopelo rojo,
a la izquierda, en el pecho,
y ahí permanecían.

Tengo un gato.
Tiene siete años.
Este año entraría a la primaria, si fuera mi hijo.
Mi niña interior tiene siete años también, o menos.
Le compro un napoleón que estaba de oferta (no tenían croissant de almendras).
A veces le pego y después le duele la cabeza.
De otra forma no se porta bien:
a veces no creo
que ella sea yo
y que yo sea yo.

Y lloro.
Y lloro
un poco.
Después del sexo regreso a un cuerpo olvidado.

Éste ni siquiera es un poema.
Es cansancio.
Cansancio.

Qué irritante escribir poesía sin un sentido político,
sin una idea poderosa,
sin el propósito de mejorar las cosas.
Simplemente escribirlo,
no sé,
para encontrar algo
en el camino,
entre letra y letra,
entre palabra y palabra,
entre las pausas y los espacios.

Tal vez alguien.
Tal vez algo.
Decir, por ejemplo:
te veo.
O quizá:
Estoy aquí.
Soy yo.
Soy yo.
¿Me ves?

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