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Oda a la reina del Iran. XII (fragmento ) Alfonsa de la Torre






Quiero nadar en tu aire como en un agua clara

que se despeñara de las elevadas cumbres

y fuera semejante al aire abrasado de los azulejos

que representan tu aire, soledad mía.



Ya no me quema tu abrazo

ni me llaga tu deseo, celosísima amante

soy para ti, como una luna llena

que se da toda a la noche

derramando blancura.



Te regalo las estrellas de mis sueños,

la brillante aureola que me hace refulgente.

¡ Ah, mis cabellos, del color del más allá

por tu caricia!,

mis manos doloridas de estrujar tallos

y estos ojos de marfil, incrustados de azabache

para relicario de flores.



He paseado tu jardín de adelfas,

tu solitario jardín de adormideras

momificadas

bajo oscuras sombras de cuervos,

entre aullidos de galgos lejanos.

Despreciando espejismos de flores,

lujosas perspectivas de primorosas

dalias,

planteles de retocadas camelias,

magnolias cuya pulpa sensual

se agrupa formando

senos florecientes.

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