Gotas de poesia en la inmensidad del océano. Poemas propios y ajenos para disfrutar ,para compartir. En la alegría,en la tristeza, en la luz o en la oscura sombra,al principio o al final... compartir un poema es un regalo maravilloso.
ODA AL SILENCIO. ( Égogla 1943 ) Alfonsa de la Torre
ODA AL SILENCIO
Del silencio nace la llama viva
como grito de noche dolorosa
que busca en las estrellas su plegaria.
¿No ves la luna tímida en el cielo?
Yo quiero ser luciérnaga a tu paso
para alumbrar tus pies estremecidos.
Dime cuál es la senda de tus ojos
porque voy a mostrártela bordada
de huellas amorosas en el aire.
¡Qué redonda asunción la de tu aliento
en la estancia aromada de narcisos
perfilando el silencio tan humano,
que al fin se mitifica con las sombras!
Mi pregunta vacila en el espacio:
¡Oh gentil margarita libertada
para volar eternamente sola
sobre tumbas de plácidos jilgueros
que ya las amapolas olvidaron!
Ninguna primavera permanece
mas tú sola. ¡Oh constancia tan amarga!
vencedora del tiempo te renuevas
en mis dedos de pétalos teñidos.
Urgentes las palabras se desatan
encendiendo pronombres en los labios.
Uno peca y medita con la bruma,
pero cuando la luz pura penetra
¿qué hacer de las mejillas reclinadas
en besos silenciosos y profundos
arrancados del íntimo contento?
La duda, sólo huyendo se resuelve
aunque fatiga cause al gozo sano
y el corazón se pierda con la huida.
Húmeda de magnolias la mañana
despierta silenciosamente triste
sin más motivo que la vida lenta.
¡Oh! Déjame llorar ante tu estatua
de miel y rubios peces protegida;
déjame la agonía de tu nombre
—campana débil que contagie el viento—
cuando yo vaya sola por la tierra
recorriendo las plazas y los montes
con tu silencio siempre en las pupilas.
Yo te he enseñado a ser lo que se sueña,
lo que jamás el mundo califica,
y tú debes tender vuelo seguro
tan plenamente alegre en el misterio,
como canto de virgen que inaugura
campos inmarcesibles de delicias
agitando su palma temblorosa.
Recuerda con dulzura el alba ausente
al pisar las semanas doloridas
ya que buscaste cálido regazo.
No maldigas las lágrimas esbeltas
que el reposo seguro es la morada
del que herido en tinieblas, agoniza,
sin la promesa de la risa incierta
temblando en los cristales del destino,
ni la armoniosa víspera del aire
al perfumar las cálidas llanuras
de tus ojos, como una rosa abierta
sorprendida por ángeles cautivos.
Espérame en el mar donde las olas
no llevan el recuerdo en su caricia,
cuando en la tierra sólo el mármol yerto
abrigue nuestros huesos doloridos,
¿Qué niños jugarán en los jardines
de nenúfares pálidos y cisnes
junto a los bustos de los grandes hombres
sin saber de tu nombre ni del mío?
¡Oh la paz del silencio, paz bendita,
glorificó tu origen con mi sangre!
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