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Edwin Morgan 1920 - 2010. Trio / Trío






Trio

Coming up Buchanan Street, quickly, on a sharp winter evening
a young man and two girls, under the Christmas lights –
The young man carries a new guitar in his arms,
the girl on the inside carries a very young baby,
and the girl on the outside carries a chihuahua.
And the three of them are laughing, their breath rises
in a cloud of happiness, and as they pass
the boy says, ‘Wait till he sees this but!’
The chihuahua has a tiny Royal Stewart tartan coat like a teapot-
holder,
the baby in its white shawl is all bright eyes and mouth like favours
in a fresh sweet cake,
the guitar swells out under its milky plastic cover, tied at the neck
with silver tinsel tape and a brisk sprig of mistletoe.
Orphean sprig! Melting baby! Warm chihuahua!
The vale of tears is powerless before you.
Whether Christ is born, or is not born, you
put paid to fate, it abdicates
under the Christmas lights.
Monsters of the year
go blank, are scattered back,
can’t bear this march of three.

– And the three have passed, vanished in the crowd
(yet not vanished, for in their arms they wind
the life of men and beasts, and music,
laughter ringing them round like a guard )
at the end of this winter’s day.



Subiendo por Buchanan Street, rápidamente, en una fría tarde de invierno

un joven y dos chicas, bajo las luces de Navidad –

El joven lleva una guitarra nueva en sus brazos,

la chica del centro lleva a un bebé muy pequeño,

y la chica de afuera lleva un chihuahua.

Y los tres están riendo, su aliento sube

en una nube de felicidad, y cuando pasan

el joven dice: "¡Esperar a que él vea esto, chicas !"

El chihuahua tiene un pequeño abrigo de tartán Royal Stewart como un cubre teteras ,

el bebé en su chal blanco es todo ojos brillantes y boca

como adornos en una tarta dulce recién hecha ,

la guitarra se hincha bajo su cubierta de plástico blanquecino, atada al cuello

con cinta de oropel plateado y una ramita fresca de muérdago.

¡ Órfica ramita ! ¡Tierno bebé derretido! Chihuahua calentito!

El valle de las lágrimas es impotente ante ti.

Tanto si Cristo ha nacido, o no ha nacido, tú

has vencido al destino, él ha renunciado

bajo las luces navideñas.

Los monstruos del año

se quedan en blanco, se dispersan rechazados,

no puedo soportar esta marcha de tres. –



Y los tres han pasado, se han desvanecido en la multitud

(aún no se han desvanecido, porque en sus brazos ellos enrollan

la vida de los hombres y las bestias, y la música,

la risa sonando a su alrededor como un guardaespaldas)

al final de este día de invierno.












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