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Maleva y los niños en el paraíso. Soleida Rios. 1950 -









Los únicos paraísos no vedados al hombre

Son los paraísos perdidos

J. L. Borges



En el jardín

y más al fondo, en los ojos de Maleva

los niños se tiran de los árboles.



Aquellos niños puros que ya fuimos

cubiertos por pañales blanquecinos

se tiran de los árboles.

Pero se tiran a morir

a que nos olvidemos.

Y se tiran riendo

porque disfrutan de antemano

la pena que vendrá

la desesperación en que más tarde

o más temprano

sucumbiremos todos.



La muerte de los niños no está escrita.

Ellos la prefiguran en la rareza de sus juegos.

Ayer, si no es que hace un instante

o hace doscientos siglos

los niños figuraban ciertos juegos

como en una nostalgia de niños anteriores.

[Los primeros, los últimos que vuelven

a comenzar las filas

ya no figuran nada, gritan

carne de momia carne de momia

queremos la cabeza del escudo.]

Quiénes simulan ser los últimos.

Quiénes son los primeros.



Los niños

hace un instante o hace doscientos siglos

entraron al jardín con papeles marcados.

Se tiran de los árboles.

Se tiran

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