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Federico García Lorca 1868 - 1936 Nana del caballo grande. ( De Bodas de Sangre )






Suegra:

Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega el puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?

Mujer: (Bajo)

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.

Suegra:

Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.

Mujer:

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.

Suegra:

Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.

Mujer:

No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
solo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.
¡Ay, caballo grande
que no quiso el agua!
¡Ay, dolor de nieve,
caballo del alba!

Suegra:

!No vengas! Detente,
cierra la ventana
con rama de sueños
y sueño de ramas.

Mujer:

Mi niño se duerme.

Suegra :

Mi niño se calla.

Mujer:

Caballo, mi niño
tiene una almohada.

Suegra:

Su cuna de acero.

Mujer:

Su colcha de holanda.

Suegra:

Nana, niño, nana.

Mujer:

¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!

Suegra:

¡No vengas, no entres!
Vete a la montaña.
Por los valles grises
donde está la jaca.

Mujer: (Mirando)

Mi niño se duerme.

Suegra:

Mi niño descansa.

Mujer: (Bajito)

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.

Mujer: (Levantándose, y muy bajito)

Duérmete, rosal.
que el caballo se pone a llorar.

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