ADOLESCENCIA
Los últimos ardores del verano terminados
Inexorable avanza el suave otoño melancólico
Hacia los inevitables rigores del invierno.
Recuerdas vieja amiga aquella dorada tarde
De aquel lejano abril paseando por el río
Que lento y sosegado su canto enamorado
Al pasar nos cantaba, al pasar susurraba
Camino de su mar añorado y lejano.
Y aquel furtivo beso que tímido en mis labios
Posaste leve cuando nos decíamos adiós.
La tarde fugitiva brillaba iluminada
Por el vivo rubor que en tus mejillas ardía.
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