Lentamente camino de ninguna parte voy
dejando en la suave húmeda arena de la bajamar
en esta cálida mañana de otoño mis huellas.
El retumbar de las olas, monocorde metrónomo ,
rítmicamente acompaña en el desierto arenal
mi solitario paseo , mis tristes pensamientos.
El mar, hoy melancólico tranquilo y sosegado,
se mira en un amenazador cielo gris ceniza
y a lo lejos se ve acercarse ligera la lluvia.
¿Llegará por la tarde o pasada la medianoche
cuando mis huellas por la pleamar desvanecidas
sean solamente recuerdo, memoria, nostalgia.?
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