Tras el atentado
Sus tristes y melancólicos ojos
Recorren mudos la escena del crimen
El cadáver ajeno al alboroto
Alborotado que le rodeaba
Sintió un ligero dulce escalofrío
Cuando sus dedos piadosos cerraron
Sus fríos párpados y delicados
Sus labios en su frente se posaron
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